Quiero contaros la historia de una persona muy especial para mi, es mujer, claro, nada nos une a nível sanguíneo pero nos tratamos de “Primos”, yo no conocí a mis abuelos y el suyo materno era y ha sido simpre para mí como mi abuelo del alma. El primer recuerdo que tengo de ella es con 2 añitos, una cosita gorda y rubia, yo tenía 12, poco en común, pues. La perdí la pista durante muchos años y nos reencontramos hace 3 por Facebook, la vida no le ha sido fácil, ni la ha tratado bien.
Tiene 43 años y se encuentra en situación de desempleo desde hace unos tres años, habiendo agotado ya el subsidio de desempleo y las ayudas especiales, divorciada, vive sola con sus hijos de 6 y 9 años si ella es adorable, ellos más. Es Licenciada en Biología aunque se ha dedicado siempre a temas de comunicación, no encuentra trabajo estable no por mala, no, si no por la situación general y la suya en particular.
Va tirando con lo poco que le pasa su ex-marido y colaboraciones esporádicas siempre en temas 2.0, es la mejor madre que pueden tener sus hijos, pero muy esclava de ellos, seguramente si esto sigue adelante me dará una buena bronca, pero quiero simbolizar en ella esa generación de mujeres sobre los cuarenta que, con una vida estable, buen trabajo, familia tradicional, etc., se encuentran con que, por circunstancias de la vida, se quedan sin nada y no se rinden y luchan y unas veces están arriba y otras abajo, pero ahí siguen, aunque hay veces que no tiene ni para gasolina. Se deja ayudar y la ayudamos, pero quiere ser ella la que salga del pozo, por sus propios medios.
Por eso si alguien merece un reconocimiento público, esa en mi “Prima” del alma. La quiero y la admiro por su tesón, su raza, su honradez y su entrega. Y ese reconocimiento le tiene que servir para darse un atracón de autoestima.