
María José Tobías, directora de Recursos Humanos y Recursos Materiales e Inmuebles de Liberty Seguros, ha participado en la publicación ‘100 ideas para cambiar el mundo en Igualdad’ trasladando su visión desde el mundo de la empresa.
Llevo más de una década formando parte de equipos de dirección de distintas compañías y el día en el que realmente me sentí integrada e igual al resto de mis compañeros fue aquel en el que nadie dijo con asombro “tenéis una mujer en el equipo de dirección”. La buena noticia es que ya nadie lo dice. La mala es que la última vez que lo oí fue no hace tanto.
A principios de este año la población mundial superó los siete mil millones de personas, y dentro de esta inmensa cifra, los españoles representamos algo más de 47 millones, de los cuales, más de la mitad somos mujeres. En cuanto a puestos directivos en nuestro país, la cifra es realmente reveladora, tan solo un 23% del total son ejercidos por mujeres. ¿Qué quiero decir con todo esto? Que la sociedad ha evolucionado mucho en las últimas décadas la mujer ha ido tomando cada vez más protagonismo, pero todavía nos queda camino por recorrer.
A mí, como directora de Recursos Humanos lo que me gustaría es no tener que hablar de igualdad. Pero no porque no me importe sino porque normalmente si hablamos de algo es porque no está bien, porque nos preocupa, porque es un problema y porque tenemos que solucionarlo. Ojalá pudiera decir que en Liberty no necesitamos un Plan de Igualdad. Pero lo necesitamos, y lo tenemos.
La igualdad, para nosotros, pero también para el resto de compañías, y para la sociedad en general, supone un reto por el que tenemos que trabajar día a día.
Pero no sólo nos importa qué queremos conseguir, sino también cómo lo queremos conseguir. La igualdad no es una imposición, no es una cuota, no es una obligación. La igualdad es cultura, son valores, es gestión del talento…
Como decía, el ideal sería no tener que hablar de igualdad. Pero como hay que hacerlo, para poder hablar de algo primero hay que conocerlo. Hay que medirlo. Sin entrar demasiado en detalle, quiero compartir con los lectores los pasos que seguimos para medir en qué nivel nos encontramos en materia de igualdad dentro de Liberty Seguros: Primero realizamos un diagnóstico, abarcando temas desde la selección, promoción y el desarrollo profesional, la conciliación de la vida laboral y familiar, hasta la retribución salarial y el acoso sexual y por razón de género.
Con estos datos encima de la mesa comprobamos en qué ámbitos necesitábamos hacer mayor foco para mejorar en el camino hacia la igualdad y pusimos en marcha un Plan de Igualdad, formado por diferentes medidas e iniciativas encaminadas a lograr que el sexo no fuese un peso más que poner en ninguno de los dos platillos de la balanza para lograr que el fiel esté equilibrado. No queremos balanzas.
Queremos romanas. Es decir, no queremos que lo de un lado pese lo mismo que lo del otro. Queremos un único platillo. Sí, ya sabéis, ese instrumento que sirve para pesar, para medir, en el que el fiel está sobre el punto de apoyo, y en el que todos los pesos están en el mismo lugar, sin separar, donde todo suma, cada uno con sus características pero tirando en la misma dirección.
Medir es importante para mejorar. Pero para mejorar no vale con medir, hace falta actitud. Yo soy optimista, y creo que cada vez más se valora el buen trabajo y el compromiso, y eso no es una cuestión de género.

Es cierto que normalmente las esferas directivas tienden a estar marcadas por el sexo masculino, pero creo que esta situación va a ir diluyéndose. Pero no será ni rápido ni por imposición. Será un proceso natural. Será algo normal. Si cada vez más mujeres tienen estudios superiores, si cada vez más mujeres llegan a procesos de selección, lo lógico es que cada vez más acaben llegando a las empresas. Es responsabilidad de quienes las dirigimos que quienes llegan tengan las mismas condiciones y oportunidades. Y que el único elemento diferencial sea el talento. Sea del sexo que sea.
Por supuesto, aún en ese caso ideal en que no haya que hablar de igualdad porque ya no haga falta, debemos ser precavidos y cuidar que siempre existan canales oportunos para el establecimiento de un diálogo en caso de que hubiera algún tipo de inconveniente y que siempre estén a disposición de todos. Tanto ahora, como en el futuro.
Lo normal es que mujeres y hombres aporten por igual, que el peso de ambos sea representativo del peso de la sociedad. Porque una empresa no es distinta a la sociedad, porque no está fuera. Y si fuera de la empresa, afortunadamente ya casi nadie pone en duda que todos somos iguales, cómo puede ser que dentro de las empresas aún debamos tener planes de igualdad. Pues sí, debemos tenerlos, debemos asegurarnos de que lo que ahora no es justo lo sea, lo que está en desequilbrio se nivele. Los planes de igualdad deberían estar abocados a la extinción por inútiles. Tengo actitud positiva, creo que desaparecerán porque no serán necesarios. Lo conseguiremos.
Sé que tendremos un futuro en el que hablar de igualdad no sea necesario, porque sea algo tan natural en nuestra sociedad que no haga falta trabajarlo. Mientras tanto trabajaré por la diferenciación, pero por el talento. Desde la convicción de la igualdad.