Aquí estoy otra vez. Es la segunda vez que la FUNDACIÓN WOMAN’S WEEK me da la oportunidad de colaborar en esta sección. La primera vez lo hice con el artículo ‘Que viene el coco‘ y la verdad, me sorprendió la acogida que tuvo, porque al fin y al cabo, esto de escribir no es lo mío. Pero como la mayoría de los retos que se abordan, fue una experiencia muy gratificante, personal y profesionalmente hablando.
Esta vez, cuando Carmen me llamó, pensé en escribir un artículo hablando de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas y de cómo cada organización tiene que establecer un plan de acción para cumplir esos objetivos. De cómo tenemos que priorizar las acciones en base a la actividad e impacto de nuestra organización. De cómo en SEUR, a través de nuestro compromiso de ofrecer un transporte neutro en carbono, ayudamos a nuestros clientes a cumplir con su compromiso frente al cambio climático. Y de cómo reducimos nuestro impacto en las ciudades y en la calidad del aire. Y además, relacionarlo todo con el reto de la igualdad, ya que aunque cada organización ha de priorizar los ODS para implementar acciones de forma efectiva, la Igualdad de Género es el ODS número 5, un objetivo común a todas las organizaciones y que al encontrarse recogido dentro de los 17 ODS, indica que todavía sigue sin haber sido alcanzado.
Y en todo eso pensé, en escribir de lo que creo saber. Porque aunque escribir no es lo mío, si conoces a Carmen y a su Fundación, es imposible decirles que no. Y eso me hizo pensar en escribir más que sobre lo que sé, sobre lo que siento.
Hace cuatro años que conocí a Carmen y a la FUNDACIÓN WOMAN’S WEEK. Había conseguido que le donasen una gran cantidad de juguetes, y tenía un colegio al que querer entregárselos. Nos llamó a la Fundación SEUR y a mí, para colaborar en el transporte de sus juguetes y en esa acción social. Y así comenzó todo.
Nos invitó a la Semana Internacional de la Mujer, un evento que organiza anualmente y en el que reúne a las más altas personalidades y representantes del mundo político, cultural, deportivo, científico, empresarial; a los directivos y gerentes de las más grandes empresas, y de las medianas, y de las pequeñas; a los directivos de comunicación, de RSC, de RRHH; a hombres y mujeres, del ámbito nacional e internacional. A todos ellos con un objetivo común: como le gusta decir a Carmen, juntos, “pasito a pasito, cambiar el mundo”.
Más adelante, tuve la oportunidad de asistir, a una reunión en la Sede de las Instituciones Europeas en Madrid, en la que representantes de todos estos grupos, compartíamos inquietudes en pro de la igualdad. Con la participación y asistencia de representantes de la alta dirección de las principales organizaciones del país, y una mesa formada por Teresa Jiménez-Becerril, Francisco Fonseca, Pilar Gómez-Acebo, Manuel Gago y Salvador Molina, entre otros.
Fue allí, donde al final de la jornada, durante un tiempo de intercambio de opinión con los asistentes, inocentemente, propuse que todas aquellas iniciativas que se estaban tratando, todos aquellos conocimientos que se estaban compartiendo y todas aquellas buenas prácticas, que sabíamos que ya muchas organizaciones estaban desarrollando; se pudiesen plasmar en un catálogo, para compartirlo con el fin de involucrar y facilita que otras organizaciones replicasen las acciones y avanzásemos juntos de forma más rápida y eficaz, siempre creando en positivo. Y a los pocos meses, la Fundación publicaba el primer Catálogo de Buenas Prácticas en Igualdad a nivel nacional, que se editaba hasta el momento en España, con la participación de 50 organizaciones de las más relevantes del país, que se sumaban a este compromiso con la igualdad. Porque así es Carmen y su Fundación, capaces de escuchar y actuar. Capaces de llevar las ideas a acciones y resultados, como demuestra el hecho de que este año se edite la cuarta edición del catálogo.
Pero no sólo eso. Ha sido capaz de crear unos Premios Internacionales que reconocen la labor de mujeres líderes, pioneras y admirables en algún ámbito de la vida pública, mujeres referentes que inspiran a otras mujeres y a las nuevas generaciones, mujeres premiadas como Michelle Bachelet, Carmen Posadas, Carolina Marín, la Reina Doña Sofía, entre otras, o Margarita Salas que, como química que soy, destaco por haber vivido este efecto en primera persona. Unos premios referentes, que van por su quinta edición, en los que también he tenido el honor de formar parte como jurado.
Además, han sido capaces de establecer un decálogo de la igualdad y movilizar el compromiso de adhesión al mismo, de más de 100 organizaciones; de crear unos premios emprendimiento; de recoger con carácter anual las 100 ideas para cambiar el mundo; de crear foros de intercambio de ideas y comisiones de trabajo para establecer mapas de ruta y trasladar dichas ideas a acciones concretas; de establecer un programa ‘Generando Valores’, que traslada esta sensibilidad y compromiso a los colegios y con ello a las jóvenes generaciones…. Y un sin fin de cosas más.
Porque así es Carmen, capaz de juntar a las personas para colaborar y construir en positivo; capaz de transformar ideas en acciones; capaz de trasladar sus ilusiones en realidades e involucrar a todos los que la conocen, que no son pocos. Y además, tener tiempo para compaginar su vida personal, familiar y profesional, mientras escribe y colabora en el libro “Mujeres sin maquillar”, y el programa de radio ‘Mujeres Directivas’, en el que da voz a mujeres con un mensaje que aportar a la sociedad y al mundo empresarial. Un programa en el que también he tenido la posibilidad de colaborar en varias ocasiones y compartir conversación con otras dos grandes mujeres a las que admirar: Pilar Gómez-Acebo e Irene Navarro.
Corro el riesgo de que no me publique este artículo, si la sigo elogiando. Pero al echar la vista atrás, para entender por qué me resulta imposible decirle que no a algo, todo este buen hacer, fue lo que me hizo cambiar de opinión, y no escribir sobre lo que sé, y escribir sobre lo que siento.
Me siento orgullosa de conocerla y de haber colaborado en estas iniciativas.
Es por ello, que ánimo a todas aquellas organizaciones que todavía no lo estén haciendo, a colaborar con la Fundación, porque es una forma más de ayudar a disminuir la brecha de la desigualdad y el reto de la diversidad en la sociedad actual, tal como nos pide Naciones Unidas a todas las organizaciones, a través del ODS número 5.
Y gracias Carmen. GRACIAS. Gracias a ti y a la FUNDACIÓN WOMAN’S WEEK, que has fundado, presides y diriges, por permitirme, acompañaros en este camino, donde como bien dices, estoy segura, que “pasito a pasito, cambiaremos el mundo”.
Y ya está. Al final no ha sido tan difícil. Supongo, que porque cuando las cosas se sienten, salen del corazón, y salen solas.
Espero haber cumplido mi objetivo. Reconocer la labor de Carmen y de su Fundación. Motivar a otras personas, porque al final las organizaciones las formamos personas, a que se sumen a este proyecto, porque también se sentirán orgullosos de formar parte del cambio. Y quizás, aunque sé que suena ambicioso, que tú, que estás leyendo este artículo, de vez en cuando, elijas “lo que sientes”.
May López Díaz, responsable RSC de Seur.