El Tribunal Supremo ha condenado por unanimidad a los cinco hombres miembros de ‘La Manada’ a quince años de cárcel por un delito continuado de “violación”. Mientras dos tribunales inferiores de Navarra sentenciaron abuso sexual con prevalimiento sobre el caso de La Manada, el Tribunal Supremo entiende que se trató de un claro caso de violación (agresión sexual) en la que se produjo un “auténtico escenario intimidatorio” en el que la víctima “en ningún momento consiente”.
El Supremo respalda así a las miles de mujeres que salimos a la calle en nuestro país al grito de: “No es abuso, es violación” y “Yo sí te creo”, reclamando una perspectiva de género en la justicia que deje de cuestionar a las víctimas y no convierta a la sociedad en cómplice de los agresores.
Nos hemos puesto en contacto con Miguel Lorente, médico forense, profesor universitario y ex delegado del Gobierno para la Violencia de Género, quién destaca que “lo que demuestra esta sentencia es la injusticia social que existe“. Según Lorente, nuestra sociedad sigue negando la realidad de la violencia de género: “A pesar de la objetividad de los hechos y de la confirmación de dicha objetividad en una sentencia del Supremo, todavía se sigue diciendo que esto es una sentencia que no se ajusta al derecho, que es una sentencia influida por la turba feminista, los medios etc. (…) si extrapolamos el argumento de la violencia de género respecto a esta posición, son los mismos que dicen que los miembros de la manada han sido denunciados en falso, puesto que no consideran que haya violencia y que se ha actuado sin respetar su presunción de inocencia. Esta barbaridad, que hoy tenemos demostrada por la sentencia de La Manada, es lo que están diciendo todos los días sobre toda la Violencia de Género. Esa sociedad lo que está demostrando, y la interpretación de los hechos, y la respuesta que se da desde las instituciones; no solo judiciales, si no desde la medicina, desde la psicología, desde el derecho… desde cualquier otro ámbito, es que lo que se está aplicando a la interpretación de los hechos es una perspectiva machista, construida sobre la referencia patriarcal androcéntrica que existe en nuestra cultura”.
Lorente subraya que “es muy importante que veamos la sentencia, no solo como la respuesta y el análisis ante unos hechos concretos tipificados, sino como un reflejo de la realidad social en la que vivimos” y añade “hace falta formación para poder hacer una buena interpretación, basada en conocimiento, y hace falta adaptar la normativa a la realidad social en la que vivimos, para precisamente dejarle menos espacio a la interpretación”.
Por otra parte, también destaca la importancia de que se lleve a cabo una transformación social “Esa forma de interpretar la realidad debe hacerse con una transformación social importante que no debe limitarse a espacios concretos de carácter profesional, sino que tiene que ser una transformación social a favor de la igualdad y a través del feminismo (…) Mientras dejemos espacio a esta normalidad que es machista y que sigue aplicando una perspectiva machista en la interpretación de la realidad, estamos dando muchas oportunidades a que las cosas ocurran, como han ocurrido en la sentencia de La Manada hasta que ha llegado el Supremo”.
Pilar Gómez-Acebo, presidenta del Comité Asesor de FWW, afirma que en su opinión “La sentencia de La Manada se ha quedado en mínimos necesarios”, y señala que “nunca es suficiente para servir de aviso en unos momentos de crecimiento de agresiones y asesinatos de mujeres en nuestro país”
Desde FUNDACIÓN WOMAN’S WEEK trabajamos cada día por que se produzca esta transformación. Por eso reclamamos una normativa adaptada a nuestra realidad social, así como la aplicación por parte de la justicia de un enfoque de género, que fomente los cambios sociales necesarios para poder revertir esta actual situación de desigualdad.
Además, queremos mostrar nuestro profundo rechazo hacia las voces políticas que están cuestionando la sentencia del Supremo y emitiendo opiniones machistas que cuestionan la libertad sexual de las mujeres.