
En la lucha por la igualdad, constantemente recibimos mensajes sobre el crecimiento del poder femenino y las relevantes acciones que se deben tomar por y para las mujeres. Sin quitar valor a todos estos aspectos, nosotros creemos importante recalcar el significativo papel que juega el hombre en el desarrollo profesional de las mujeres.
Con el paso del tiempo, y gracias a la inclusión del sexo femenino en el mundo laboral, la estructura familiar ha ido cambiando drásticamente. Hoy en día, para lograr que las cosas ‘marchen bien’ se requiere de una organización estructurada en donde todos los miembros de la familia contribuyan a las tareas y obligaciones domésticas. Dicho de otra forma, los roles familiares se han repartido, dejando atrás las asignaturas bien definidas en donde el hombre era el proveedor y la mujer la encargada del cuidado de los hijos y el hogar. En el presente la mujer es tan proveedora como el hombre y es por ello que las tareas del cuidado de los hijos y el hogar deben ser repartidos equitativamente.
El eje principal de la familia se forma a través del equilibrio logrado en la pareja. El éxito de uno depende del apoyo que éste obtenga del otro. Por ello, el compromiso masculino en la educación y cuidado de los hijos y la implicación de éste en las tareas domésticas es un elemento clave para ayudar al desarrollo de las mujeres y los hombres, en todos los aspectos de la vida.
En Diadec esta premisa nos ha hecho encaminar nuestros esfuerzos para buscar la implicación y el compromiso masculino en todos los compromisos familiares. Ejemplo claro de ello lo encontramos cuando uno de nuestros trabajadores tiene un hijo. Para nosotros es fundamental que no sólo la mujer haga uso de su derecho de baja maternal, sino que sea el hombre quien también tenga la baja correspondiente para ayudar a su mujer en todo el proceso de recibir a un nuevo miembro en la familia; que se implique él también y poder desarrollarse juntos.
Aunque nos enfrentamos a grandes retos que nos frenan a realizar este tipo de esfuerzos, estamos comprometidos a realizarlos con el fin de promover la conciliación laboral y familiar. Algunos de estos desafíos son:
• Al ser una empresa pequeña (53 empleados en España), se nos exige mucho en cuanto a dedicación personal en horas de trabajo
• Al estar vinculados al sector de la construcción el machismo, propio del sector, nos hace que la gran mayoría de los empleados sean varones (80/20)
• Nos cuesta mucho reeducarnos en el compromiso de asumir las labores domésticas como propias, en lugar de “colaborar con…”
• En España nos sorprende por parte de nuestra empresa matriz (ISG, con más de 3.000 empleados en todo el mundo) la cantidad de medidas de conciliación laboral-familiar, de formación (reglada y no reglada), de apoyo a los colectivos menos favorecidos (medidas de integración y colaboración con asociaciones de apoyo a la discapacidad, integración de la mujer en actividades laborales poco habituales, medidas antidiscriminación por razón de género, ideología, religión u opción sexual) y que estamos implementando.
Aunque hemos logrado grandes cambios en nuestra empresa a favor de la igualdad y la conciliación, queda aún un largo camino por recorrer. Aún así, en Diadec estamos seguros de que lo lograremos con empeño y entusiasmo para el beneficio de todos los integrantes de esta “pequeña-gran empresa”.