Comunicar acciones y hechos no es suficiente. La Comunicación Externa debe de estar también impregnada de valores, de los valores corporativos que impregnan la gobernanza ética de cada organización. Así se expuso, entre los asuntos a debate, en la mesa “Buenas prácticas en comunicación externa” que unió a Sandra Valdivia, directora de Artelier Comunicación, y Teresa Mañueco, directora de Comunicación de Cepsa y vicepresidenta de la Asociación de Directivos de Comunicación (Dircom).
Y es que, sin esto, la comunicación externa sería simplemente estética, historia y letra muerta. Hace falta insuflar vida en las cosas que se hacen y en cómo se trasmiten. También es necesaria una actitud decidida y un buen equipo que nos ayude a causar la mejor primera impresión y a crear valor para ganar el pulso a la competencia. Sólo así, habrá seducción y conseguiremos que funcione todo el engranaje.
Al final, no todo es diferenciar. Necesitamos aunar criterios y, exactamente eso, pasa con la comunicación externa. Por eso hace falta coherencia, como resaltaba Teresa Mañueco en su exposición, sin olvidar la necesidad de afrontar la diversidad. No sólo la de género, sino también en otros aspectos, ya que forma todo parte de una misma idea y como tal hay que desarrollarla por parte de los directores de comunicación de las empresas.
Tenemos las bases, ahora toca seguir trabajando por alcanzar las metas Junt@s.