EspacioEsperanza es un programa de la Fundación Instituto San José, que quiere dar cabida, tiempo y lugar para que las personas expresen esos sentimientos que surgen desde las terapias del corazón.
Apuesta por la promoción de los valores humanos, que emergen desde lo más íntimo de cada uno en su relación con el dolor, el sufrimiento, la enfermedad o la dificultad. Situaciones estas, que no están en modo algunas adscritas a ninguna condición social, sexo, edad o creencia. Ángel Alberto García Rincón, su creador, nos lo explica.
EspacioEsperanza recoge las vivencias y experiencias de superación de las personas, que de manera solidaria las comparten con los demás, a fín de que puedan sobrellevar el encuentro con esas situaciones de dificultad, tratando de poner en valor esos valores humanos que surgen desde esos espacios de dolor, transformándolos en espacios de esperanza donde las personas se encuentran consigo mismos, con los demás y, en numerosas ocasiones con lo trascendente a través de las cuestiones existenciales que comienzan a tomar importancia.
Cabe resaltar, sin duda alguna el relevante papel que la MUJER adquiere en la mayoría de las experiencias compartidas. Mujer se escribe en cada caso, con mayúsculas. Con P mayúscula de persona, cansada, en ocasiones, de luchar por una dignidad que posee pero que a menudo debe justificar. Con M de madre que lleva a cabo, sin otra compañía que la soledad en muchas situaciones, la tarea y el desafío que supone sacar adelante a ese hijo en situación de vulnerabilidad. Se escribe con C de coraje, en el que la fuerza interior supera las barreras propias de la enfermedad en un acto de superación y de no rencor hacia la vida que cruel le ha torcido el camino de la felicidad.
Hoy vi a Alan con sus gravísimas secuelas físicas y psíquicas en su terapia, en el agua. A su lado, su madre, acariciándole con su voz, transmitiéndole la fuerza que le permita despertar de ese cruel sueño en el que permanece sumido por culpa de una maldita vacuna.
Su fisioterapeuta, mujer profesional que lo sostenía y permitía que sus brazos y piernas sintiesen la libertad de moverse al son de las olas del agua, observado de cerca por dos compañeras que velan por su seguridad.
Y su mamá lo toma en brazos, y el agua los envuelve, y bailan en una danza terapéutica al son del sonido del amor. Y la tragedia y la esperanza se funden en un abrazo imposible, y la sonrisa de la madre vence al desasosiego, por un momento, fugaz pero imborrable…
Cuatro mujeres lo rodean, cada una en su papel, cada una con su nombre y en mayúsculas. Mayúsculas con las que escribir el nombre de cada una de vosotras, enhorabuena por serlo, enhorabuena por vivirlo, enhorabuena, en definitiva por SER.
Ángel Alberto García Rincón 
Técnico en Cuidados Auxiliares de Enfermería y creador de EspacioEsperanza.
