El motor conducido por las mujeres

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Debate sobre 'La mujer en el mundo del Automóvil' moderado por el periodista Manolo Castro.

En el pasado mes de Marzo pudimos disfrutar de la que hasta ahora ha sido las más completa Madrid Woman´s week, un evento que crece cada año por el impulso, ilusión y mente abierta de Carmen María García. Una de las principales cualidades de esta mujer de fuerza concentrada es su capacidad para la observación y, sobre todo, para la reflexión y escucha; un don, por cierto, tan cacareado como poco practicado.

Entre los actos celebrados en la Fundación Diario Madrid en esta edición del certamen tuvo lugar una interesante mesa redonda sobre ‘Mujer y automóvil’, ahí es nada, con cuatro mujeres protagonistas del sector. Tres de ella comparecieron como gestoras y copropietarias de grupos de concesionarios de vehículos, (un caso que no es atípico en el sector, por cierto) sin embargo, Carmen, esa mujer de fuerza concentrada, reparó en un denominador común que todas descubrieron en sus intervenciones: habían llegado al sector por herencia, no por devoción específica.

Quién tenga la tentación de pensar que esa declaración esconde un papel de “mujer florero”, debe de hacérselo mirar. Ese reconocimiento que realizaron le da más mérito a sus trayectorias: Gemma Tomé dirige con sonrisa y visión, el que posiblemente sea el mayor concesionario nacional de ventas ‘uno a uno’ de las marcas que representa; al igual que Mariví Bartolomé, que combinó sus habilidades con la del resto de hermanos (y hermanas) para hace que su grupo sea fundamental para los fabricantes que representa sin que con ello haya perdido un ápice de su cercanía y dulzura, teniendo a bien razonar y compartir las gestiones y decisiones que toma, al igual que nuestro otro ejemplo, Elisa Gil, cuya gestión de determinación, diplomacia, tesón y riesgo inteligente ha llevado a que su consejo, opinión o decisión sean la guía de comportamiento de buena parte de la distribución del sector en la Comunidad de Madrid.

Ellas tienen un papel de peso que completan otras compañeras empresarias como Marina Martínez ( e hijas),  Elena Seligrat, Pilar González, Noelia Velasco, Susana Montero (y hermanas), Teresa y Pilar Quiles, Gabriela Gutiérrez, Pilar y Nines Palomares o Marta Muñoz, por citar algunos nombres ejemplares más de una lista extensa de empresarias del sector.

No es un campo fácil de manejar un concesionario. Les voy a poner algunos ejemplos que servirán para poner en valor este grupo de empresarias y que, por modestia, no suelen reivindicar. Para ello, por favor, permítanme que les ponga en antecedentes mientras se ponen en su lugar.

Hasta mediados de la década de los 90 los concesionarios tenían beneficios, cuando los había, por margen, es decir, del dinero que ganaban a cada vehículo en su venta. Con la llegada del nuevo milenio la Comunidad Europea reguló el sector de tal manera que las marcas tomaron la iniciativa y el control de los concesionarios mediante curiosas y variadas fórmulas gracias al nuevo reglamento. Por poner algunos ejemplos: monitorización de sus cuentas, influencia en la contratación, obligación de homologación del personal (a cargo del empresario con las tarifas que dictan las marcas), capacidad de veto en caso de cambios accionariales, imagen corporativa a cargo del franquiciado cuando dispusiese la marca, objetivos de ventas vinculantes con criterios subjetivos, instalaciones con standares de metros a capricho del fabricante, uso de la financiera de la marca en la compra del vehículo…

En lo que llevamos de siglo, lo que era un negocio de beneficio, escueto, por margen se ha transformado en una empresa que he de manejarse con habilidad de cirujano para que al final del ejercicio en la casilla beneficio antes de impuestos (de haberlo) apenas se llegue al 2,7% en el mejor de los casos (lo normal es rondar entre el 0.8% y el 1.8%). De llegar a ese ratio, todo ello ha sido por rotación o alta rotación, es decir, ganar algo (de poder) a base de dar muchas vueltas al stock y de vender en un mercado en el que llega a merecer la pena vender a costo o a perdida con la expectativa de así poder alcanzar los atípicos que te genera el cumplimiento de los objetivos marcados por el fabricante.

Uno de los ejemplos más curiosos de esta situación se vio cuando una marca celebró su convención nacional y marcó como éxito de su gestión el que ese año (uno de los últimos de la crisis) se llegase al beneficio cero para sus concesionarios. Literal.

En el pasado tsunami económico, por cierto, pudimos ver de nuevo como este ejercito de mujeres empresarias en particular sufrió aquello de que los apoyos financieros externos te ponen el paragüas cuando sale el sol y lo retira cuando llueve, decidiendo incomprensiblemente equiparar el riesgo del sector al de la empresas inmobiliarias, ahí es nada.

En medio de la tormenta perfecta, sobrevivieron manteniendo a flote sus negocios y dando ejemplo de gestión. El sector de la distribución de automóviles es uno de los que más empleo de calidad e indefinido genera, con una antigüedad media en sus puestos de trabajo alta y unas relaciones estrechas. Muchos se hundieron con el barco ante la desidia de sus antiguos apoyos, sin embargo, este fue un nuevo reto del que el anónimo papel de la mujer en el automóvil supo salir triunfante en su mayoría con una extraordinaria habilidad de gestión.

Con una masa laboral en su área comercial y mecánica mayoritariamente masculina, pónganse en el caso de tener que discutir con un jefe de chapa, de taller o su mejor comercial salarios, mejoras o mantenimientos de empleo y diganme si así, de entrada, parece un reto atractivo o que invite, cuanto menos, al optimismo.

Estas mujeres a las que ponemos como merecido ejemplo de gestión y que reconocieron haber encontrado por herencia su forma de vida han prosperado dando ejemplo de gerencia, visión de futuro, entendimiento, empatía y diplomacia siendo referencia para el resto de colegas de gremio por su buen hacer, y es de justicia que en el sector gozan de un merecido reconocimiento.

El llegar a su puesto por herencia supone para muchas empresas familiares el fin del negocio, en particular a partir de la tercera generación. En su caso, supuso un acicate y un estimulo del que dieron ejemplo y al que debemos de mirar mas a menudo y rendir el merecido homenaje que merece por su día a día en un sector donde dejan de ser excepciones para ser guías y tener la visibilidad que Carmen, la mujer de fuerza concentrada, quiso darlas merecidamente.

Artículo realizado por: Manolo Castro, director y presentador del programa ‘Kilómetros de Radio’ en Radio 5.

 

 

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