La Responsabilidad Social Empresarial (RSE) no es ya un discurso filosófico, si no una parte importante de la gestión empresarial. Hoy todos entendemos una organización como una comunidad de personas. Sus responsabilidades se definen por las demandas y expectativas de la sociedad y, por tanto, lo importante es devolver a ésta, al menos, una parte de su beneficio. Actualmente está totalmente extendida la idea de que la empresa tiene una función social, porque no se puede aislar del entorno en el que desarrolla su actividad, lo que ha transformado las interrelaciones entre empresa y sociedad.
La RSE encuentra sus antecedentes en las Inversiones Socialmente Responsables, caracterizadas por no invertir en actividades que producían beneficios con base en la guerra, el comercio de esclavos o el alcohol. Pero el desarrollo de la RSE se debe en buena medida al impulso de las iniciativas y denuncias de la sociedad civil y las Organizaciones No Gubernamentales. Estas demandas han sido recogidas por las Organizaciones Internacionales, inspirando buena parte de su actuación en la materia.
Toda la proliferación de medidas que se ha generado en tan corto plazo ha estimulado a las empresas a implementar medidas dentro de sus organizaciones incentivadas por un firme compromiso. En FUNDACIÓN WOMAN´S WEEK hemos recogido este testigo y desde hace dos años contamos con un ‘Grupo de Trabajo de Empresas Comprometidas con la Igualdad’, que cuenta ya con más de un centenar de directivos que trabajan conjuntamente para mejorar las acciones que ponen en marcha en sus organizaciones.
Este grupo, desde sus inicios hasta ahora, ha ido creciendo tanto que se decidió hacer varias comisiones con objetivos diferentes diseñados por el vicepresidente de la Fundación, Salvador Molina. Algunas de ellas son: Comisión de Buenas Prácticas, donde sus componentes identifican una relación de ‘buenas prácticas’ que puedan ser extrapolables a otras organizaciones, definiendo un modus operandi y poniéndolas a disposición de otras entidades que puedan querer desarrollarlas; Comisión de Desarrollo y Cooperación, aquí analizamos actividades que puedan ser compartidas por distintas empresas del grupo en aras de facilitar la comunicación interna y externa; Comisión Técnica, crea las bases de un modelo de aval a las empresas participantes que asuman el itinerario de autorregulación, compromiso anual, objetivos asumibles y mensurables e identificación del compromiso; Comisión Observatorio de la Igualdad, que analiza qué podemos aportar desde el análisis, la monitorización, el estudio y la vigilancia activa de lo que sucede en la vida de las empresas.
Ahora trabajamos en un decálogo que muestre el compromiso de todos sus miembros y cuyas premisas son las siguientes:
1. ME COMPROMETO A diseñar un Plan de Igualdad en mi organización y a exigir su cumplimiento a todas las personas que la integran.
Porque no es suficiente con cumplir la ley, ni que solo un departamento esté implicado en la gestión ni implementación de este. Además, hay que hacer un diagnóstico exhaustivo para conocer la realidad de nuestras empresas, marcar unos objetivos concretos y poder así implementar las medidas que nos marquen el camino para alcanzar una igualdad real. No hay que olvidar que si no se mide el alcance de éxito de las medidas implementadas, no sabremos su resultado y de poco habrá servido el esfuerzo de cara al próximo año, cuando tengamos que volver a diseñar nuestro plan de igualdad.
2. ME COMPROMETO A que el derecho de igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres dentro de mi organización sea nuestro sello de identidad.
Porque afianza el compromiso de la empresa con la plantilla, lo que supone una mayor motivación y participación de ésta en el proyecto empresarial.
3. ME COMPROMETO A que las trabajadoras y los trabajadores de mi organización puedan acceder a la promoción en condiciones igualitarias.
Porque es indignante tener que seguir recordando que la aportación de las mujeres a la dirección y a la estrategia empresarial mejora la calidad del servicio, aumentando la productividad y la cuenta de resultados.
4. ME COMPROMETO A llevar a cabo las acciones necesarias para lograr eliminar la brecha salarial entre las trabajadoras y los trabajadores de mi organización.
Porque la ‘igualdad salarial’ es un derecho reconocido y amparado por la legislación internacional, europea y estatal: mujeres y hombres tienen derecho a recibir una remuneración igual por un trabajo de igual valor.
5. ME COMPROMETO A fomentar la corresponsabilidad entre las trabajadoras y los trabajadores de mi empresa.
Porque hay que acabar de una vez por todas con los micromachismo que aún persisten en la sociedad y que provienen de una cultura patriarcal que estipuló que las cosas de casa son cosas de mujeres. Señores, estamos ya en el Siglo XXI.
6. ME COMPROMETO A facilitar la conciliación de la vida laboral y familiar de las trabajadoras y trabajadores de mi organización.
Porque si mimas a tu empleado, tu empleado te mimará a ti. Además, se obtiene una mejora del clima socio-laboral, lo que reduce los casos de estrés y disminuye el absentismo laboral.
7. ME COMPROMETO A implantar un lenguaje no sexista en mi organización y hacer uso de él tanto en las comunicaciones internas como externas.
Porque lo que no se nombra, no existe. Es así de sencillo, el lenguaje es el reflejo del pensamiento. Necesitamos un lenguaje inclusivo para una sociedad más igualitaria.
8. ME COMPROMETO A adoptar las medidas necesarias para impedir que en mi organización se den situaciones de acoso sexual o cualquier tipo de discriminación por razón de género, diseñando un protocolo específico para ello.
Porque es responsabilidad de todos no generar ni tolerar situaciones de acoso y porque las organizaciones interesadas por combatir el acoso sexual o por razón de sexo están en mejores condiciones a la hora de motivar al personal y conseguir sus objetivos de productividad y satisfacción con el trabajo.
9. ME COMPROMETO A compartir las buenas prácticas que en materia de igualdad se implementen en mi organización para que sean un ejemplo a seguir por otras empresas a través de la participación en medios de comunicación, publicaciones, foros y cualquier otro medio de difusión que sirva para conocerlas.
Porque hablar de Buenas Prácticas es hablar de Principios Éticos y porque debemos dar ejemplo a otras organizaciones que o bien no tienen grandes presupuestos para hacer RSE o bien sus departamentos son incipientes y necesitan asesoramiento.
10. ME COMPROMETO A trabajar de manera activa en el Grupo de Trabajo de Empresas Comprometidas con la igualdad.
Porque si logramos impactar positivamente, estaremos haciendo una contribución significativa en la vida de nuestras trabajadoras y trabajadores.
Parecen diez puntos obvios, que todas las empresas están siguiendo, pero la realidad empresarial dicta mucho. Por ello, el trabajo de nuestras comisiones no termina aquí, ya hemos abierto cauces de comunicación con el Legislativo comunitario y nacional, con las administraciones de Igualdad de Oportunidades nacionales y autonómicas, con los ministerios implicados en la RSC y la Igualdad, así como con las instituciones empresariales, directivas, de consejeros, etc., porque trabajamos con el convencimiento de que con todos ellos hay que andar el camino para llegar más lejos y que el trabajo conjunto genera una mayor responsabilidad social.
Adjunta a la Presidencia de Fundación Woman’s Week