Del Olimpo deportivo a la reincorporación laboral

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Muriel Bujalance Leal
Medallista mundial de Taekwondo

SUMARIOS:
“Cada deportista tiene una historia diferente, pero todas acaban igual: la retirada”
“Todo iba sobre ruedas hasta que apareció algo con lo que hasta entonces no había contado: las lesiones”

Del éxito deportivo al fracaso laboral sólo hay un paso. Aunque parezca extraño, muchos deportistas de élite encuentran importantes obstáculos para acceder al mercado laboral. En la mayoría de los deportes, los ingresos obtenidos durante su etapa deportiva no les permiten vivir eternamente. El programa de reinserción laboral de la Fundación Adecco es pionero y ejemplar. El secreto está en poner en valor a todas las cualidades que desarrollan durante su etapa deportiva: orientación a resultados, esfuerzo, superación, sacrificio…

Me llamo Muriel Bujalance. Me inicié en el taekwondo con tan solo 7 años. Aprendí rápido y destacaba sobremanera del resto de mis compañeros. Tanto es así, que a los 12 años comencé a competir y llegaron las primeras medallas de oro nacionales. A los 15 años me proclamé subcampeona del mundo. Al año siguiente, ya era cinturón negro y Campeona de Europa. Todo fue muy rápido.

Gracias a una dilatada y vertiginosa trayectoria, me consolidé en la Selección Española y disfruté de una beca para entrenar en el Centro de Alto Rendimiento (CAR) de Sant Cugat del Vallés. Allí, tenía que habituarme a los nuevos y agotadores horarios de entrenamientos, a las clases en el instituto, y a vivir lejos de la familia, amigos, ciudad, etc. Pero la adaptación fue rápida y ello se vio reflejado tanto en resultados deportivos como en los académicos.

Los reconocimientos al trabajo tampoco tardaron en aparecer. En Gelves, mi pueblo natal a escasos kilómetros de Sevilla, el pabellón municipal de deportes fue bautizado con mi nombre.

El fantasma de las lesiones

Todo iba sobre ruedas hasta que apareció algo con lo que hasta entonces no había contado: las lesiones, las mayores enemigas de los deportistas, y además en mi caso, inoportunas, muy inoportunas.Una de ellas llegó meses antes de la competición clasificatoria para los Juegos Olímpicos de Atenas’04 y la otra, a 20 días antes del clasificatorio para Beijing’08.

Era así como decía adiós a los Juegos. En estos momentos me preguntaba si sería capaz de aguantar hasta Londres 2012. Para entonces tendría 30 años…
¿En qué condiciones llegaría? No podía olvidarse de las lesiones que había tenido. ¿Y si se lesionaba de nuevo?, ¿y si ya no era la misma competidora? Todas estas preguntas rondaban por mi cabeza. Tras más de 12 años en la élite deportiva, este devenir de acontecimientos, me hizo tomar una de las decisiones más difíciles como deportista: había llegado el momento de la retirada.

¿Y ahora qué?

Regresé a casa con un buen currículum deportivo y una carrera universitaria que conseguí compaginar con el deporte. Ahora el objetivo y gran reto era encontrar empleo, hacerse un hueco en la ‘vida real’. Este es el mayor obstáculo de los ex-deportistas, a pesar de los grandes beneficios que éstos pueden aportar a la sociedad actual.

Juegan a su favor las experiencias vividas y la formación académica, pero sobre todo, los valores adquiridos gracias al deporte: optimización de los resultados, constancia, disciplina, adaptabilidad, espíritu de superación, sacrificio, trabajo en equipo, resolución de conflictos e imprevistos, autoestima, concentración, respeto, entrega, etc. ¿A caso no es esto lo que buscan las empresas a la hora de contratar a alguien? Estas cualidades hay que aprovecharlas, a pesar de que la poca experiencia laboral juegue en su contra.

De ahí, la importancia de los programas de ayuda al ex-deportista, como por ejemplo, el de la Fundación Adecco, en el que estoy inmersa. Éste tiene como objetivos la formación y orientación laboral, el asesoramiento en técnicas de búsqueda de empleo y del curriculum profesional, además de los convenios con empresas que desean colaborar con el colectivo de deportistas y ex-deportistas.

Cada deportista tiene una historia diferente, pero todas acaban igual: la retirada; y en la mayoría de los casos, con grandes dificultades para la inserción laboral.

El deporte es una profesión compleja, con fecha temprana de caducidad y, por ende, la ‘obligación’ de todo deportista es estar preparado para cuando llegue el momento de la retirada; insistiendo en el compromiso social que ello debe suponer para todos instituciones, empresas y federaciones, entre otros.

PERFIL
Muriel Bujalance es actualmente Directora Técnica de Competición de la Federación Andaluza de Taekwondo. Pero además de una luchadora y competidora sin igual, ha sido miembro de la Selección Española de Taekwondo desde 1997 hasta su reciente retirada del deporte de élite. Fue campeona de España en todas las categorías, y campeona de Europa Júnior y Absoluta, y subcampeona del Mundo Júnior y Universitaria… y Campeona de la Copa de Europa.