El Método Woman’s

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Buenos días a todas y a todas:

Hoy vengo hablaros del MÉTODO WOMAN’S…

Haré un pequeño parentésis dedicado a María, porque antes de venir una amiga y colaboradora del equipo me dijo que tenía que haberle llamado el MÉTODO GARCÍA, pero a mi me pareció que en España hay casi tantos Garcías como tiendas de chinos y que sería más acertado llamarlo el MÉTODO WOMAN’S… El método de la mujer, de las mujeres, para ser más felices que los hombres.

No voy a desvelar grandes secretos, como ese de por qué las mujeres van de dos en dos a los servicios de los bares; ni tampoco voy a lanzaros una arenga feminista, porque sería muy aburrido. Simplemente os voy a hacer pensar en cuestiones cotidianas, en cuya encrucijada podemos ser felices o infelices. Cada uno decide. Yo intento optar por la FELICIDAD. ¡Es mi método! Y las mujeres tenemos todas las claves de la FELICIDAD.

Los hombres, por regla general, beben más cerveza, dicen más tacos, ven más horas de deporte, están más tiempo en el trabajo (que no quiere decir que trabajen más) y hasta puede que tengan más sexo… Pero, ¿son más felices?

Radicalmente no.

Los últimos estudios de neuromarketing nos van a ayudar a entenderlo y explicarlo mejor, además, seguro que todos tenéis en la mente aquello que dicen los hombres cuando ven que dos o más mujeres nos juntamos: ¿De qué se reirán esas?… ¿Tantas cosas tenían que decirse?… ¡Pero si parece que están de rebajas!, ¡cómo se ríen!

¿Cómo he llegado hasta aquí?, me preguntaréis.

Si me preguntáis por cómo he llegado a LA FÓRMULA MÁGICA DE LA FELICIDAD, que es el MÉTODO WOMAN’S, os diré que han influido en mí varios acontecimientos de mi vida y varias personas:

– EL PRIMERO: Ya de pequeña aprendí de mis padres que no era lo mismo empujar, que ser arrastrada. La verdad es que se va más a gusto cuando una camina libremente sin ser atropellada; aunque la mayoría piense que dejarse arrastrar por el río es más cómodo, menos expuesto, más confortable, el rebaño, la masa, el equipo de fútbol, el club de fans, la reunión de vecinos, la asociación… ¡Es la fórmula del marketing político y del marketing de productos de gran consumo (la fórmula de la Coca Cola: la Felicidad está en el elixir que hay dentro de la lata)! Pero todo ello es falso: bebe lo que te guste, come lo que sea sano y placentero, vota lo que te dicte la conciencia. ¡Haz lo que debes y lo que quieres!

Las Mujeres a eso le llamamos ser la primera en la cola de las rebajas, la primera en comprender las caras de alegría o de preocupación de los niños cuando llegan a casa después del colegio, la primera en decir dónde no vamos a ir este fin de semana.

Los expertos a eso le llaman liderazgo. La mujer es líder, tiene opinión, decisión y capacidad de arrastre.

– EL SEGUNDO HITO: Me casé con un periodista y tuve que rehacer mi vida:

Me cambié de ciudad.

Me cambié de círculo de amigos.

Reinventé mis gustos.

Adapté mis habilidades del Diseño de Modas al Periodismo.

Inicié nuevas aventuras universitarias con mucha Historia.

Me abrí a nuevos idiomas.

Transité muchos caminos que eran nuevos para mi. Algunos eran hostiles y otros eran amables.

Aprendí a ser esposa, a ser madre, a ser periodista, a ser publicista, a ser asesora de empresas y de altos directivos, cree campañas de publicidad o estrategias de comunicación, rediseñé mi vida y me adapté al CAMBIO.

Las mujeres llaman a esto ‘ropa vieja’, que es cocinar algo nuevo a partir de lo que tienes o de lo que te han dejado. Es decir: improvisar, adaptarse, salir a flote, capear la crisis, ¡tirar hacia delante!

Los expertos, que tienen que ganarse la vida dando conferencias y vendiendo libros, a esto le llaman mucho más mono… le llaman ‘La gestión del cambio’… En fin, eso de ‘¿Quién ha robado mi queso?’ (un libro escrito indiscutiblemente por un hombre, porque una mujer le hubiera llamado ‘¿Cómo repartimos el queso que nos queda?’, el que aún no nos han robado).

– EL TERCERO: Esto es algo que sabe toda madre y que ningún hombre llegará a comprender en su plenitud, ni en toda la historia de la humanidad. Cuando mi YO se desdobla en múltiples YOS: las hijas, los padres, los mayores dependientes… Y eso se engendra el día que un cataclismo universal te dice que estás embarazada y ya no se pierde ni con la muerte.

Mi amigo Fernando Rivero le llamaría la visión 360º que tienen las mujeres, donde mientras decides con el cliente cuál es el color más representativo para su identidad corporativa o la frase más acertada para el discurso de apertura de la asamblea anual de la patronal que preside… A la vez estás decidiendo mentalmente el color del modelito que llevarás tú ese día, estás pensando dónde guardaste la tarjeta de la Seguridad Social de tu hija para llevarla al médico esa tarde y por qué estará de morros tu compañera de equipo que lleva toda la reunión mirando al techo.

¡No es dispersión! Es visión 360º, una de las mayores virtudes de cualquier mujer.

Bueno, con todo esto un experto escribiría un best seller con un nombre similar a este: ‘Gestión de Personas’, y al concepto quizá le tildaría con un: novedad, tendencia, exclusiva; cuando la Gestión de Personas es algo connatural a cualquier ama de casa en cualquier familia, en cualquier rincón del mundo.

– CUARTO HITO: Cuando fuimos hace 4 años a dar juguetes y compartir una mañana de Reyes Magos con niños de 6 a 35 años con ciertas discapacidades mentales al Instituto San José. Pocos iban con conocimiento de causa y la mayoría íbamos a la aventura. Queríamos dar un poquito de nuestro tiempo, nuestra alegría y nuestro dinero en forma de juguetes. Algunos iban a cantar o dejarse fotografiar porque eran caras conocidas de la televisión. Otros éramos los liantes que los habíamos llevado allí, conseguido los juguetes, coordinado todo y con ganas de darnos a los demás. El resultado fue impactante.

Cuando das, recibes más de lo que das. Esta es la gran lección.

Las mujeres lo sabemos porque llevamos habitualmente en las familias el peso de los mayores, de los dependientes, de los enfermos crónicos, de nuestros papás cuando envejecen.

‘Dar mucho, pedir poco’ es un viejo eslogan en blanco y negro que sigue siendo actual y que define muy bien esa capacidad de SOLIDARIDAD y GENEROSIDAD de las mujeres.

– QUINTO HITO: Cuando estos últimos meses hemos tenido que ir de colegio en colegio con la mochila de la campaña ‘Generando Valores’ para intentar compartir con chicos y chicas adolescentes la importancia de los valores humanos como raíz positiva que impide que germinen las malas hierbas del acoso escolar de los malos tratos, de la intolerancia, del racismo…

En fin, hablar de Igualdad, Diversidad, Generosidad, Solidaridad, Familia, Respeto, etc. Y de la mano de caras conocidas de la tele y la música, para que haya un efecto recuerdo más emocional que racional, que al final es lo que queda. Y en esas charlas hemos visto a los chicos más gamberros de un instituto abrirse y sincerarse, y a otros les hemos oído dar las gracias a sus amigos, pero también ante sus acosadoras del curso anterior, y a otros les hemos visto hacerse fan de gente que sólo queríamos hablar de ser buenas personas, buenos ciudadanos, buena gente.

Aprender a dar las gracias. Es algo que te toca muy adentro. Dar las gracias, recibirlas, volver a dar las gracias, ser feliz por lo que la vida te ha dado, dar las gracias, recibirlas, volver a dar las gracias, ser feliz por lo que la vida te ha dado, por lo que los demás te dan cada día…

Un experto acabaría diciendo que no es más feliz el que más tiene, sino el que da las gracias por tener lo mucho o poco que tiene. Eso lo sabemos las mujeres y lo ejercemos las mujeres. Por muchas crisis y muchas lágrimas que se acumulen, cuando llegan los niños a casa se pone buena cara al mal tiempo, se hace una sopa de un hueso o –como en ese anuncio de la tele- la madre da dos mitades de una barra de pan sin nada y le dice al hijo que ponga dentro con su imaginación lo que más de apetezca comer, porque es un bocadillo mágico.

Esa es la magia de las mujeres, poner ALEGRÍA Y BUENA CARA a las circunstancias favorables o desfavorables y DAR LAS GRACIAS y enseñar a otros a dar las gracias.

¡DE BUEN NACIDO ES SER AGRADECIDO! y el más feliz es el que sabe dar sinceramente las gracias por todo lo que recibimos de los demás a diario.

Por todo ello: GRACIAS, lectores, por el tiempo que me habéis dedicado.

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