Hay un refrán que dice que correr es de cobardes, pero nuestro experto Julio de la Iglesia opina lo contrario: “El Miedo es de Valientes”. Como Tedax (Técnico en Desactivación de Artefactos Explosivos) de la Policía Nacional se enfrenta a situaciones críticas de manera permanente. El miedo es su compañero de profesión; pero no es un ingrediente paralizante para él, sino una herramienta para la superación de conflictos, de circunstancias difíciles, de peligros y de encrucijadas negativas.
Recordando las experiencias de los atentados de las Torres Gemelas, concluye que lo importante es no perder el control y tener una suficiente velocidad de reacción. La diferencia entre las víctimas y los supervivientes del 11S estuvo en aquellos que aprovecharon para escapar esos 6 minutos en que tardaron en derrumbarse las Torres; mientras que otros más juiciosos aprovecharon para recoger, para apagar el ordenador o para llamar a la familia. La velocidad de reacción presupone afrontar el miedo con decisión y con coraje, una palabra clave en el nomenclátor de Julio de la Iglesia, coach especializado en la Gestión del Miedo tanto para Fuerzas de Seguridad del Estado como para Directivos y Empresarios.
“El miedo tiene mala fama, hasta que te salva la vida”. Explica Julio de la Iglesia que tener miedo es inevitable, pero superarlo es una decisión personal. En estas circunstancias especiales de incertidumbre por el confinamiento, la crisis sanitaria y las dudas sobre la reactivación económica es lógico tener miedo. Lo importante es tomar la decisión de superarlo. Y para ello necesitamos un objetivo, una motivación, que sea superior al Miedo: mi familia, mi equipo, mi proyecto empresarial, mi sentido del deber, mi obligación de superarlo, hacerlo por los demás… ¡Qué cada uno elija su porqué!
También en el trabajo, el principal factor de estrés es el miedo: al despido, al fracaso, a la competencia, a la quiebra, a la pérdida de ingresos. Vencer nuestros miedos personales o profesionales es una cuestión de vida o muerte, si lo planteamos así tomaríamos decisiones más audaces, más valientes.
Julio de la Iglesia dice que el progreso es la clave de la satisfacción personal. Cuando avanzamos en nuestra vida profesional vuelve a asomar la posibilidad de fracasar. Pero ese miedo se puede aprender a controlar, a superarlo y a convertirlo en un instrumento para alcanzar el éxito.
Se puede aprender a ser valiente. El miedo no es de temerarios, ni de insensatos. Valientes son aquellos que superando sus miedos son capaces de actuar. Julio de la Iglesia defiende que todos llevamos dentro a un héroe dispuesto a salir si creemos en nosotros. En estos días, muchos lo están demostrando: médicos, sanitarios, farmacéuticos, policías, médicos, voluntarios, etc. Esta crisis nos está devolviendo la dignidad del ser humano.
El truco para ser valiente es someter nuestro miedo a un juicio de inteligencia. Un carácter miedoso puede llevar a cabo un acto valeroso, si encontramos una fuerte motivación que sea más importante que nuestro miedo. La motivación es un fuego que debe arder desde el interior. Cuando decides cambiar, se acaban las excusas y encuentras la fórmula.
Las personas no queremos ser gestionadas, queremos ser lideradas. Pero el autoliderazgo es más importante, saber que nuestro trabajo es importante, ser el líder y responsable del resultado de tu trabajo. Para Julio de la Iglesia, todos somos únicos, completos y capaces de conseguir lo que nos propongamos.
Basándose en su experiencia, Julio de la Iglesia defiende que cuando las personas enfrentan sus miedos, lo normal es que lo superen. Julio de la Iglesia propone su propia fórmula para superar el miedo, basada en su experiencia y en la de otras personas que se juegan la vida.
Fórmula METAX
Para gestionar el miedo con éxito, Julio de la Iglesia nos propone una primera fórmula sencilla: Reflexión, Decisión y Acción. Y cita aquella anécdota de Albert Einstein. Cuando preguntaron al genio porqué haría si le daban una hora para salvar al mundo de una catástrofe planetaria, el científico respondió que dedicaría 55 minutos a analizar y buscar cómo resolver el problema; mientras que los 5 minutos restantes los emplearía en ejecutar esa solución.
La otra fórmula que propone el coach del Miedo es la Fórmula METAX: Motivación, Estrategia, Táctica, Acción y Éxito. Parte de una búsqueda de la motivación interior para no paralizarnos a reflexionar, sino mostrar un coraje resolutivo porque tenemos un a quién salvar o un porqué hacerlo.
La estrategia tiene que ver tener un plan de acción. Saber dónde estamos y dónde queremos llegar. Sin un plan estratégico no sabemos priorizar. En esta crisis la estrategia es quedarse en casa. No hay que perder el control de las emociones.
En cambio, la táctica es el plan de acción desglosado en el día a día. Tiene que ser flexible para adaptarnos a los cambios. La suma de todas las tácticas produce una ventaja competitiva. Hay que decidir qué tácticas queremos emplear en casa, en tu trabajo, con tu familia…de ello dependerá el éxito de la misión; porque la misión es lo primero.
Julio de la Iglesia ha tenido una vida personal muy rica, desde salvar tortugas con Greenpace a pescar tiburones, desde boina verde a policía de narcóticos. En situaciones vividas de máximo estrés, la forja interior es la que nos permitirá actuar con decisión y sentido del deber.
Los que están en primera línea en estos días tienen un sentimiento del deber que les empuja. Deben perseverar en lo que tenemos que hacer sin pensar en lo que tenemos que sufrir. Son héroes cotidianos que no esperan nada a cambio. Su satisfacción está en el deber cumplido.
No hay que tener miedo a cometer errores, sino a no aprender de ellos. Persistir en el error es un error. Si sumamos el Compromiso y la Competencia, aseguraremos el éxito; porque el foco no está en competir, sino en ganar.
“Si actuáis como valientes, acabaréis siendo valientes. El miedo al fracaso desaparece cuando este no puede salvarnos”, aconseja Julio de la Iglesia; quien nos alerta contra los ladrones del éxito: las creencias limitantes, la cultura de la motivación en exceso, el pensamiento negativo, la falta de capacidad de reacción, la ausencia de objetivos y motivaciones, o los tontos motivados.
Y acaba recordándonos, como comenzamos, que no hay que tener miedo a tener miedos, porque el Miedo es de Valientes. El miedo es parte de la solución a cualquier conflicto, situación de estrés, peligro o riesgo.