Potenciar el liderazgo del ego positivo es frenar el liderazgo del negativo

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Como se dice en el capítulo ‘Dos egos que suman y no restan’ del libro Mujeres sin Maquillar II, que recoge 16 testimonios emocionales en el ámbito profesional :

“De niños crecemos bajo un mandato, hay que dar y compartir sin recibir nada a cambio. Pero lo que no nos explica nadie es la dificultad que ello va a representar pasados los años. Las dos socias lo descubrimos al iniciar una carrera de fondo como es la de ser empresarias. Una carrera en la que el éxito de llegada a la meta no depende del brillo de un ego sino de dos.

La doctora Elsa Martí junto a Carmen Mª García, presidenta de FWW.
La doctora Elsa Martí junto a Carmen Mª García, presidenta de FWW.

La utilización de  la palabra “ego” en tono peyorativo ¡Me molesta! No es justo generalizar y hacer uso de esta palabra en términos negativos, ya que existe un ego positivo que incentiva a ser creativo, a emprender y a ser competitivo, que nos hace avanzar y progresar en nuestra profesión. Un ego que nos incentiva a ser y hacer, fortaleciendo nuestras capacidades y minimizando nuestras debilidades. Un ego deseoso de liderar un  proyecto de vida con el que uno se sienta satisfecho  ¿Por qué, entonces, somos tan poco agradecidos con esa voz  protagonista de nuestro mundo interior que acude muchas veces en nuestra ayuda? Quizás la respuesta a ello se encuentre en el dominio que ejerce sobre nosotros un ego negativo, que vive en el miedo a desautorizar a los demás y a no obtener su aprobación.

Hablar del ego es hablar de nuestro Yo consciente, esa voz que emana de nuestra realidad interna y  que se impone a través de los pensamientos.

Una voz que condiciona nuestra actitud a la hora  de relacionarnos con el exterior, con el mundo que nos rodea y con las personas que habitan en él, y que se disocia  a la hora de actuar con el fin de conseguir. Unas veces  nos dice lo que desea y otras nos dice lo que es formalmente  correcto.

¡No olvides! El ego es algo adquirido de nuestra cultura familiar y del entorno, crece y evoluciona en base a la experiencia y aprendizaje con los demás. Es la máscara a la medida  que construyen los demás para ayudarnos a enfrentar la realidad externa. Un Yo social que puede estar o no estar en sintonía con nuestro Yo verdadero, nuestra esencia de ser y que es la causante de nuestra forma de sentir, sentimientos de felicidad e infelicidad. Una voz responsable de nuestras decisiones y comportamientos, ayuda o paraliza, a la hora de crear, imaginar y materializar.

Reconocer nuestro ego, descubrir quién somos de verdad, es lo que permite construir y fortalecer  un liderazgo personal, elegir  de forma efectiva quien deseamos ser,  en función de nuestro proyecto de exigencias y no sobre lo que quieren los demás que seamos. Hacer un buen uso de nuestro  Yo social, permite  edificar un plan profesional que aporte bienestar y satisfacción.

Cultivar, entrenar la salida de un ego positivo es bueno para elegir y emprender con libertad nuestros deseos y motivaciones más internas, aquellos objetivos de vida que queremos alcanzar. Potenciar su liderazgo, maximizar esta voz cuando habla de forma positiva, y saber frenar su liderazgo, minimizar cuando lo hace de forma negativa, es una de las competencias más importantes del ser humano. Y ello solo se consigue aprendiendo habilidades en comunicación interior, entrenando una forma de hablar con uno mismo desde la libertad y no desde el miedo.

Si reconocer nuestro ego es importante, no menos importante es aprender a reconocer el ego contrario. Saber leer el ego del otro nos permite saber a qué nos enfrentamos, liberarnos del miedo a lo desconocido,  anticipar reacciones para gestionar con eficacia nuestro comportamiento.

Recibir de forma adecuada el ego del otro implica desarrollar la  capacidad de empatizar, aprender y practicar habilidades en comunicación que potencien la confianza de otros en nosotros.

Hay que tener presente que la lucha de egos es el gran problema del mundo en que vivimos. Afecta a las relaciones interpersonales, personales y profesionales.

Estar orgulloso de lo que uno es y ha conseguido es bueno, presumir de lo que uno tiene… poder, prestigio o riqueza es negativo, nos hace soberbios ante los ojos de los demás y nos aleja de ellos.

La rivalidad de egos dentro  del mundo profesional y  empresarial es lo que dificulta e impide compartir perspectivas diferentes y aprender del conocimiento de otros a la hora de trabajar en equipo, es lo que dificulta innovar o gestionar los cambios.  Es el motivo  principal de no perdonar un mal gesto o una mala palabra entre los socios  o de no expresar un ” Te necesito ” o un ” Bien hecho”.

Ser eficaces en gestión emocional dentro de la empresa significa sintonizar  voces en la misma dirección con el objetivo de crear un ego conjunto que favorezca el desarrollo y crecimiento de la empresa.

Como se apunta en el libro: El conocer nos puso en acción dos egos. Dos «voces» a las que había que aprender a dosificar y sintonizar para conseguir deseos comunes ¡Qué complicado! Unas veces la que nos hablaba era una voz caprichosa que intentaba imponer su voluntad sobre la otra: «Tienes que hacer inmediatamente…»; otras, su comportamiento era a base de mandatos «Lo correcto que debes hacer es…» Esto hacia que fuese complicado saber qué es bueno hacer en cada momento, pues lo que para una representa ventajas en la otra puede ser una desventaja.

Entonces, ¿qué hacer para que esta voz no perjudicase la cuenta de resultados a título particular?

Como solución a ello desde nuestro consciente ideamos una iniciativa, dar salida, entrenar e incentivar la presencia de un ego entusiasta por parte de las dos. Un ego imprescindible en cada una que todavía hoy está presente para evitar perjudicarnos, y que ha demostrado ser inteligente al fusionar dos voces en una y recordar que la unión hace la fuerza. Él es el responsable de construir un ego conjunto de empresa capaz de trabajar en equipo y de mantener dos voces unidas en todo aquello que se realiza con intención de construir una empresa prospera y productiva.

Y ¿cómo conseguir un ego conjunto que sume y no reste? Para conseguir algo conjunto que sume y no reste primero hay que conseguir por separado algo que sume y no reste.

La obtención de un ego conjunto se obtiene cuando uno es capaz de trabajar y capacitarse en reconocer cómo es su ego a nivel individual y entrena su dominio.

 

pluma Dra. Elsa Martí Barceló, médico de Familia y Psicoterapeuta.

 

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