El coaching de las mujeres

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El papel de la mujer en el business coaching del mundo desarrollado está siendo muy riguroso. Las mujeres tienen una predisposición especial para ser magníficas coaches, porque su personalidad está diseñada para involucrar a diferentes perfiles profesionales de mujeres pertenecientes a distintos sectores de la economía. Especialmente destaca la capacidad para ayudar a las más jóvenes a estar mejor informadas sobre las muchas opciones disponibles en el mundo del trabajo. Y esto es algo que se está vislumbrando como un elemento de apoyo imparable a las organizaciones a escala global.

Hay épocas que presentan circunstancias muy particulares, especialmente aquellas en que la sociedad en su conjunto y las organizaciones en particular, se en encuentran en un período de transición. Precisamente en estos momentos, la perspectiva de la mujer en el coaching es fundamental, porque estará ofreciendo un consejo muy práctico y realizado con la mayor sensibilidad hacia personas y situaciones que se presentan en la empresa.

El enfoque de la mujer tiene un componente que se llama inteligencia intuitiva, que es una combinación explosiva de sus valores y principios alojados en su interior, pero contrapesados de manera práctica con lo que está ocurriendo fuera.

Cuando el coaching se ejerce desde la óptica de la mujer, hace poner a la otra persona en situación como si estuviese en el lugar de esta consejera, para poder ver con claridad que es posible conseguir la meta propuesta y, lo más importante, que va a ayudarle a lograrlo. Infundir seguridad y confianza se le da mejor a la mujer que al hombre, a las pruebas nos remitimos.

Una cosa importante es ese sentimiento de libertad del que goza la mujer, que lo transmite de manera clara y directa, para que hasta el más importante hombre de negocios vea la solución a sus problemas. Así, los directivos que están siendo capacitados y entrenados por una mujer cambian la visión sobre el negocio y el entorno y la forma en la que mantienen las relaciones interpersonales en la organización.
Hay tres maneras en las que la mujer puede destacar como una excelente coach:

  1. Habilitar, asesorar, entrenar y forman en cómo asumir la responsabilidad para hacer las acciones que debe emprenderse, o las decisiones que deben tomarse.
  2. Hacerlo conjuntamente con los interesados, para que se vea que es posible y una manera simple de lograr motivación.
  3. Hacerlo para que personas y organizaciones puedan tomar el testigo y aplicarse el coaching para ellos mismos y para desarrollar y capacitar nuevos cuadros.

¿Alguna vez se ha preguntado si está en condiciones de sentarse con un grupo de directivos o con un líder de manera individual para discutir el estado de liderazgo organizacional en ese momento?

Es conducta habitual de la mujer exigirse al máximo y estudiar responsablemente cada situación. Nunca deja nada librado al azar.

Los beneficios del coaching

Las conversaciones y reuniones que se llevan a cabo para el coaching pueden asumir multi-facetas como diversas son las circunstancias de una empresa en cada instante, así como los retos a los que los líderes deben enfrentarse.

La evaluación de una situación en el presente, junto con una proyección a un futuro, permite que la capacidad de la mujer coach ayude a identificar obstáculos y a buscar soluciones. No una solución, sino varias soluciones que puedan ser caminos alternativos.

Por ello, en los diferentes encuentros que la coach lleve a cabo se irán abordando aspectos específicos relativos al marketing, estrategia global, dirección de personas, etc.

Un aspecto que siempre se aborda es la mejora de la comunicación entre personas de los departamentos y equipos como paso fundamental para que se facilite el proceso formativo y de training. Eliminar los escollos en las relaciones interpersonales y evitar la proliferación de energías negativas que son generadoras de un estrés nocivo en todo el ámbito organizacional.

Cualquier mujer coach es altamente efectiva en enseñar las bondades de la escucha activa y, además, facilitar con sensibilidad, paciencia y empatía, la adaptación a los cambios que tienen que hacer todas las personas involucradas en el proceso de coaching.

No nos debe sorprende que una mujer no sólo ponga más pasión en su trabajo que un hombre, sino que lo hará de manera mucho más sincera. Se preocupará por cuál es el propósito de cada una de las personas, tanto a nivel laboral como en su vida. En este último punto, siempre actuará con la sutileza de la profesional abierta y flexible que no quiere dejar fuera ninguna pieza del puzle que puede ser importante para la visión que quiere transmitir y lograr de ese grupo.

La mujer desde el coaching puede convertirse por momentos en esa líder eficaz de los negocios para que el grupo o el líder a nivel individual que se está entrenando, vean con claridad hacia dónde se va, que es posible y que no hay que tener miedos.

A la mujer siempre se le ha considerado como un punto débil de su personalidad que es miedosa. Pero, por el contrario, admitiendo ella misma sus miedos, puede racionalizar las situaciones y no dejarse llevar por emociones negativas que le descentren. Así, en el proceso de coaching también está transmitiendo todo lo contrario a temores, dudas, etc. a las personas que asiste.

Se destaca en la mujer coach aquella capacidad de desarrollar una declaración de misión personal con metas que transmite a los demás como si fueran propias, hasta que las personas las adopta como una actitud más.

El coaching consiste en lanzar, desde una posición emocionalmente sana y equilibrada, un enfoque sobre las metas y los propósitos individuales de las personas involucradas. Se trata de capitalizar experiencias negativas del pasado a nivel organizacional, o individual de algún miembro, para construir una nueva visión y moverse hacia el futuro. Se trata de crecer, basándose en fortalezas y habilidades.

Cuando se cierra el año la angustia crece. Si usted recuerda el año pasado… y el anterior… y más atrás aún, estará de acuerdo con nosotros en que cuando estamos en el último trimestre del ejercicio, con una cantidad de temas pendientes por realizar y además preocupados por aquellos que necesariamente quedarán relegados para el nuevo año, da la sensación de que no hay fin en el horizonte, que no se acaban los esfuerzos y la dedicación que ponemos en nuestro trabajo. Y esto lleva a que sean muchas las personas que pierdan la motivación en esta época. Pero el coaching favorece razonablemente la forma de mantener la energía y la motivación de los equipos durante el sprint final del año.

Ante la vorágine organizativa que se produce por cerrar lo pendiente de la mejor forma posible, lo que el buen coaching nos hace recordar es que hay que planificar con anticipación.

Sabemos lo que ocurrió el año pasado, así que estamos dispuestos a utilizar esos datos históricos como punto de partida. Pero el buen entrenamiento de la coach nos hará preguntarnos cosas tales como:

-¿Cuándo empezamos esta carrera final del año?

– ¿Cuáles son las maneras en que se ha manifestado? ¿Hemos detectado cambios sustanciales?

-¿Fue una demanda de productos habituales o nos han desbordado las solicitudes y servicios extraordinarios?

-¿Qué se hizo bien y qué no?

– ¿Qué carencias se necesitaban cubrir?

– ¿Qué cosas podrían hacerse nuevamente de manera diferente?

Cuanto más preparado se esté, más preparado estarán los equipos y no faltará ni el entusiasmo ni la energía. Porque si algo logra un buen plan o el rol que juega un entrenamiento profesional como es el coaching, es quitar presión a aquellos sobresaltos que se han producido y que ahora sabemos cómo enfrentarlos, sin sorpresas de última hora, lo que hace reducir el impacto que tendrán en los niveles de motivación del personal.

pluma Artículo realizado por: José Luis Zunni, director de ecofin.es y director de Investigación de Madrid Woman’s Week, y Carmen Mª García, presidenta de Fundación Woman’s Week. 

 

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