Generando Igualdad en versión 2.0

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Nuestra historia de mujeres 2.0 es la historia de nuestra entidad, la historia de mis compañeras, la historia de cómo surgió Generando Igualdad en un intento por reinventarnos para no desparecer.
La historia de cómo una entidad pequeña -que llevaba más de 10 años trabajando en silencio por cumplir el que para nosotras siempre ha sido nuestro objetivo prioritario: apoyar e intervenir tanto jurídica como psicológicamente con mujeres de cualquier edad y condición que tienen en común ser protagonistas de una historia de maltrato- afectada por una situación económica que no ha dejado indiferente a nadie, se ve abocada a desaparecer.
Es la historia común de tantas y tantas personas que, hoy por hoy, están asumiendo las dificultes como retos y posibilidades. Es la historia de cómo descubrimos en el mundo 2.0 un cómplice perfecto para alcanzar nuestra meta, erradicar la violencia de género, dando un primer paso: visibilizarla, hablar de ella, creando conciencia a partir del debate, del intercambio de opiniones, de experiencias; creciendo con quien entiende qué está pasando, aprendiendo con quien no consigue darle sentido, construyéndonos entre tod@s,  que es de lo que se trata. Porque no podemos obviar que la violencia de género es una realidad que sufren, hoy por hoy, muchas personas (no sólo mujeres, también los entornos familiares, de un modo u otro, son víctimas) y contra la que la sociedad unida debe trabajar si de verdad queremos erradicarla.
Y por eso hemos dado el salto. Hemos creado nuestra imagen 2.0 y abrimos ventanas para generar igualdad allí donde haya un espacio para nosotras. Estamos convencidas de que para todo hay que dar un primer paso y la reeducación en valores de todo el conjunto de la sociedad pasa por ser uno de ellos.
Es, por tanto, la historia de un sueño, de nuestro sueño, y las mujeres a las que atendemos a diario forman parte de él y contribuyen a que poco a poco se cumpla. Han perdido el “miedo” a lo tecnológico, que no es más que el miedo a lo desconocido, y se asoman a diario a nuestras ventanas abiertas para generar igualdad. Se asoman a un espacio en el que darse voz poniendo nombre a la realidad de una estructura social marcada por las desigualdades y la discriminación, consiguiendo, por tanto, convertir la Red en un espacio de libertad e igualdad, un foro para expresar opiniones, contar experiencias de vida, intercambiar realidades, compartir y crecer; sobre todo eso, crecer y compartir en sociedad.
Éste es el pequeño homenaje que me gustaría rendir a mis compañeras, a nuestras usuarias; a todas, a las que han pasado por nuestra entidad y a las que todavía no lo han hecho, pero que se afanan por alcanzar su meta: reencontrarse, a la vez que se esfuerzan por crear una nueva imagen, una imagen en su versión 2.0.
Porque, como dijo Marcel Proust: “Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia”.